“En el ‘Productor A’ nos tapábamos con paraguas por las goteras que tenía el cine”

22.12.2022

/ El periodista albaceteño Juan Luis Galiacho afirma que el cine marcó en gran medida su infancia / Se refiere a cines históricos como el Teatro Circo, Gran Hotel, Capitol o Carretas / Prefiere el cine español y echa de menos en España más cine periodístico /


La inmediatez a la que obliga el modelo actual de informarnos ha mermado en gran medida en las redacciones periodísticas las secciones dedicadas a la investigación. Y son pocos los profesionales que finalmente pueden especializarse en esta rama periodística. Uno de ellos, de los más notables, es el albaceteño Juan Luis Galiacho, que es nuestro protagonista de hoy. Nacido en 1961, terminó por fundar su propio periódico, El Cierre Digital, pero su presencia en los medios de comunicación, prensa, radio y televisión es continua. Autor de varios libros de éxito, se encuentra inmerso en la promoción de su última publicación, Encarna en carne viva, donde, junto al productor de la comunicadora, Pedro Pérez, cuenta la vida de la popular comunicadora, a la que conoció en profundidad. Pero su apretada agenda no le ha afectado a su afición al cine.


¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de ir a un cine?

Mis primeros recuerdos son los de los cines de toda la vida de Albacete. Teatro Circo, Capitol, Gran Hotel, Carretas... todos desaparecidos, a los que iba con mis hermanos, a sus matinales. Mira, recuerdo la anécdota del Productor A, donde nos tapábamos con paraguas por las goteras que tenía. O en el Astoria, su entresuelo, eran cines impactantes en ese Albacete de los años 70. Tampoco puedo olvidar que era aficionado al cine que ponían en los Salesianos, al que acudíamos los viernes a ver películas que podríamos llamar prohibidas entonces, en un momento en el que todavía existía el régimen de Franco, o en los primeros años de la Transición, con Adolfo Suárez. O los ciclos de la Casa de la Cultura, a donde acudíamos a ver películas para seguir los coloquios posteriores. Mi infancia en Albacete va asociada al cine.

El cine era una vía de escape, quizá, se podían ver otras cosas que en la televisión de aquel entonces no se programaban...

Sí, sobre todo si era para mayores de edad o las autorizadas para 14 años acompañados. Y esas eran las películas que más nos interesaban. Recuerdo los problemas que nos ponían los porteros para entrar. Hubo una película, Vente a Alemania, Pepe, en la que pensábamos que podíamos ver algo de destape. Nos poníamos zapatos porque pensábamos que de esa forma nos iban a dejar pasar. La verdad es que las calificaciones morales eran brutales. ¡Las veces que me echaron para atrás en cines como el Teatro Circo!

© Película 'En Provincia'
© Película 'En Provincia'

Nos poníamos zapatos porque pensábamos que de esa forma nos iban a dejar pasar al cine La verdad es que las calificaciones morales eran brutales. ¡Las veces que me echaron para atrás en cines como el Teatro Circo!

Y de tu infancia, ¿qué películas recuerdas especialmente?

Si tengo que recordar alguna película de mi infancia en Albacete apuesto por las de Tarzán. Recuerdo además una versión de Oliver Twist. Creo que eran las películas de aventuras las que me gustaban, igual que leíamos los libros de Tintín.

Con el actual modelo de salas cinematográficas, las llamadas multisalas, ¿consideras que se ha perdido el encanto de acudir a un cine?

No me parecen mal. Todavía hoy en Madrid acudo a las multisalas. Pero es más, en mis años universitarios en Madrid iba a las salas Alphaville o Renoir. Allí veía el cine de vanguardia que no se podían ver en otro lugar, mientras que las grandes producciones terminaban en cines de Callao y Gran Vía.

En 1961, año de tu nacimiento, se produjeron notables films, te digo algunos: Desayuno con diamantes, Rey de Reyes, El Cid, El Buscavidas, West Side Story, Vencedores o vencidos, Los cañones de Navarone, y las españolas Plácido, Viridiana y las comedias Botón de Ancla y Tres de la Cruz Roja, ¿te quedas con alguna de ellas?

De ese año destaco, por ejemplo, Desayuno con diamantes, El buscavidas o Los cañones de Navarone, aunque sinceramente, prefiero las películas españolas. Viridiana, Botón de ancla o Los tres de la Cruz Roja, u otras posteriores, como La gran familia, que me hizo llorar muchísimo. Hace sólo unos días que me encontré con Jaime Blanch, y le comenté lo importante que fue esa película para mí; reencontrarme con él significó volver a mi infancia. En esos momentos ir al cine era todo un espectáculo, aparte de que no existían ni los videoclubs, ni las plataformas, ni la Segunda Cadena, entonces, ir al cine, a la gran pantalla, era magnífico. En el cine sienten las películas de verdad. Recuerdo con Los santos inocentes, donde vi levantarse durante la proyección a personas del público llamar de todo a algunos de sus personajes. El cine hay que vivirlo en la sala.

¿Qué tipo de cine es el que prefieres?

Me gustan las películas periodísticas y el cine documental, películas que me puedan aportar algo. Soy muy selectivo, no me gusta esa comedia española que se está haciendo últimamente, que me parece muy vulgar. Lo digo alto y claro, no me gusta esa comedia barata fácil. Quizá sienta cierta decepción por el cine español.

¿Cuál es la última película que has visto?

La última película que he visto en el cine ha sido Los renglones torcidos de Dios, me leí la novela de Torcuato Luca de Tena hace ya muchos años y me impactó tanto que quería ver cómo se había trasladado al cine. Me quedo con la novela.

¿Las plataformas 'mataron' a la estrella del cine?

La Covid-19 supuso un parón brutal para la industria cinematográfica y para las salas cinematográficas, pero benefició a las plataformas. Los tiempos han cambiado. En nuestra generación apenas teníamos el cine como lugar de ocio y diversión. Las plataformas lo que han hecho ha sido que te quedes en casa porque puedes ver las principales películas. Pero el hecho de acudir al cine a ver una película, con ese sonido en esas grandes pantallas, no tiene comparación con quedarte en el sofá de tu casa. El cine se siente de verdad en el cine.

¿Te han tentado alguna vez para convertir algunos de tus libros o trabajos de investigación en una película o en una serie?

Pues sí. Precisamente, para mi último libro, Encarna en carne viva, que acaba de salir al mercado y que va muy bien pues, ya tengo varias ofertas de varias productoras para llevarlo a una serie de televisión de hasta 8 capítulos. De todas formas, pienso que daría para una película de cine, incluso de Hollywood, por lo tremenda que fue la vida de Encarna. Y uno de mis primeros libros, Jesús Gil y Gil, el gran comediante, estuvo a punto de ser una película.

En España no hay tradición del cine periodístico. Son escasos los intentos. Alguna serie como El Caso o cintas como La verdad sobre el caso Savolta, pero en Estados Unidos hay grandes películas sobre periodismo y, especialmente, centradas en el periodismo de investigación, ¿recuerdas alguna especialmente?

Es cierto que en España no existe mucha tradición de cine periodístico. Y del cine americano, destaco especialmente Todos los hombres del presidente, Spotligt o The Post: los archivos del Pentágono. Ha habido películas muy buenas dentro de lo que es el periodismo y también películas muy interesantes desde el punto de vista documental, películas que son auténticos ejemplos de periodismo de investigación.

© CUATRO
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